La impecable directora
Un día llegó a mi consulta una directora de colegio, la cual resultó ser madre de unas clientas mías desde hacía un tiempo y cuando la vi me pareció una persona bastante sofisticada, llevaba una blusa de seda con estampados de leopardo y un pantalón ajustado y con muchos abalorios dorados y perfume muy penetrante e incluso para mí un poco molesto, y la barbilla muy hacia arriba.
Salí a recibirla a la entrada de mi casita de brujas y cuando entró miro hacia los lados y algo le pararía porque los ojos se le abrieron haciendo una expresión rara…, se quedó ojiplática.
-Siéntese aquí Carmen, le dije, y ella asintió. Como muchas veces pasa en estas sesiones, en principio me quería contar que era una mujer muy desgraciada y que su vida la llevaba muy correcta pues era directora de colegio desde hacía varios años y me vendía que era muy feliz con su vida y su familia. Decía que ella estaba en la consulta de tarot porque tenía curiosidad y ya…, en principio bien me pregunto por sus hijas, por un dinero que estaba esperando y de repente…. -¿Cuando se va a morir mi esposo? Tal cual… mi tercer ojo empezó a funcionar de golpe y mientras le decía que me extrañaba su preguntar me di cuenta de todo lo que esa mujer estaba pasando.
-Pues bien, le conteste, a la pregunta de su marido, hombre ya maduro y con algún problema sin mucha importancia de salud, que tenía todavía mucha vida por delante.
Era un militar en la reserva y claro esta pasaba muchísimo tiempo en casa y ella no podía hacer su vida como cuando él estaba trabajando, y eso le molestaba muchísimo. Cuando le dije que viviría mucho tiempo ella me preguntó si se podría hacer algo para que se adelantara su muerte, y por supuesto le dije que yo no hacía ese tipo de cosas y que esos trabajos más tarde o más temprano se volvería en su contra, el karma se paga.
Le tuve que decir que ella y su amante deberían ser honestos con sus respectivos cónyuges, que optaran por el divorcio y así harían bien las cosas. -No, no, ni hablar, o soy viuda o nada, comentó al respecto.
La tranquilice un poco y ya me confesó que el amante era el hermano de él y que estaban enamorados desde antes de que ella se casara con Luis, que era su esposo.
Se quedó embarazada y se casaron rápidamente, él ya estaba de militar y su hermano era una cabeza loca y vivía de sus padres. Claramente el mejor partido era Luis pero ella estaba loca por el otro hermano, Carlos.
Pasaron los años y ellos siguieron de amantes, a veces intermitentes y en definitiva siempre pensando en Carlos. Una mujer de casi 57 años y la vida decía que se le acababa. Nadie sabía su secreto y yo lo había descubierto.
Realmente me da mucha pena y tristeza ver a una mujer así, tan valiosa tan llena de vida y por su cabezonería no saber elegir para ser feliz. Cuando se fue me cogió de las dos manos y me dijo: -por favor que esto no salga de aquí, que mis hijas no se pueden enterar de esto y muchísimas gracias por no juzgarme, entenderme y consolarme con las mejores de las palabras. Esa fue la primera vez que vino, luego le siguieron varias más.
Pasaron unos meses y Carmen volvió a tener una sesión de tarot conmigo. Hablamos de la sesión anterior y lo bien que le sentó haber soltado toda esa basura emocional, incluso que ya no tenía esa idea macabra de que su marido se muriera y de eso me alegre muchísimo.
Venia para saber de su salud, no estaba bien, se sentía mal, cansada y le dolía mucho en el bajo vientre y cuando me lo señaló lo vi inflamado, eso me hizo pensar mal y un escalofrío paso por todo mi cuerpo, e intentando disimular abrí el tarot y las cartas no fuero nada buenas -la torre, la muerte y el juicio-… guauuu le dije que me diera otra, aunque no tocaba y salió el sol… Ahí respire, le dije que se tendría que intervenir y que no era bueno pero que saldría de ello y que tuviera fé. Ahí nos despedimos y pasaron dos años hasta que la volví a ver.