Segundas oportunidades
Un día conocí a Lola, por aquel tiempo era una mujer de 38 años muy atractiva, sofisticada, casada y con un niño adolescente.
Vino a mi consulta porque se sentía un poco aburrida de su vida, llevaba desde los 14 años con su marido, al cual quería o al menos eso me decía ella, pero la monotonía en el matrimonio la asfixiada y venia para saber cosas de un compañero suyo de un curso de cocina que estaba haciendo.
Este hombre también estaba casado y lo único que quería de ella era un ratito en la cama y con claridad le dije que no era para que perdiese la cabeza. Pues bien la perdió y lo pasó super mal, además su matrimonio empeoró, aunque su marido nunca se enteró.
A los meses de aquello cuando aún se estaba recuperando, me pidió cita para otra consulta, esta vez a preguntar por un compañero de trabajo mucho mayor que ella, «otro» que solo la quería para un rato y ella pues… otra vez cayó en la redes de alguien que no la quería.
Cuando los líos terminaron, se unió a su marido más pero lo sentía raro, así que vino a preguntar por él y cual fue la sorpresa que se le descubrió un amante. Ella no daba crédito, sorprendida y abrumada, pensó en investigarle y pocos meses después se divorció.
El divorcio fue de mutuo acuerdo y se quedaron a vivir en el mismo piso por el niño, pero no fue nada bueno, las peleas fueron enormes hasta que un día el niño maltrató a la madre y todo se rompió. El hijo se fue a vivir con el padre y Lola se quedó sola en casa.
Por aquellos tiempos estaba conociendo a un hombre, Sebastián y no tuvo nada más que hacer que llevárselo a casa….